En los últimos años algunos de nuestros derechos constitucionales, como el libre transito, ha sido violado constantemente.
Días atrás, hemos visto a agropecuarios cortando la ruta, camioneros cortando la ruta en contra del corte de ruta, las amas de casa salieron a la calle indignadas ya que el contrapiquete camionero hizo que le aumente el pan, en fin siempre hay una buena razón para ello.
Detrás de estos cortes de rutas nacionales, provinciales o caminos municipales; se esconde gente de las más variadas clases sociales y con diferentes ideologías, pero no lo suficientemente relevantes como las que enumeraremos.
Varias cosas indignan al argentino y lo llevan a tomar medidas para buscar el cambio, la revolución nacional, federal, barrial o escolar tal vez. Este comportamiento creemos se debe al malestar que provocan situaciones adversas que tiene que enfrentar cada día un habitante de la republica argentina, al que no solo le aumentaron la canasta básica, la salud publica no lo satisface, y la educación apesta, sino que también soportamos a la selección de Basile, a Rial, Maradona,
Entonces pudiendo cortar la ruta, por que no lo hacemos por cosas mas importantes que nos tocan a todos por igual: como cuando la selección pierde con Noruega teniendo los mejores jugadores del mundo, contra la programación nefasta de los fines de semana de la televisión, porque estamos cansados de que nunca funcionen los abre-fácil (que de fácil tiene el nombre nomás) de los paquetes de galletitas, de las señoritas de escasa belleza y grandes pretensiones, por la reaparición del tigre Chester en las papas fritas, contra los chinos de los supermercados que no les alcanza con cobrarnos $ 0,10 el frió sino que tenemos que soportar que nos insulten sin entenderles absolutamente nada, contra los que piensan que boca es el mejor club del mundo, contra la vergüenza ajena que nos provoca Chiche Gelblung, contra todos los comentaristas de fútbol que no me dejan ver un partido sin decir alguna incoherencia que nada tiene que ver con el fútbol, contra quienes niegan que “un clavo saca otro clavo” y “billetera mata galán”, y contra la hinchada de Racing que no me deja terminar de ver los 90 minutos de partido.
Por estas y muchas cosas más, convoco a la población a que dejemos de tratar temas banales que a nadie van a ayudar y salgamos a luchar por los verdaderos intereses de la sociedad. Que cada argentino se solidarice con nuestra protesta y forjemos la base de un verdadero compromiso nacional y social.
Me retiro con la esperanza de que el argentino medio salga de su pozo de opresión diaria; y de una vez por todas pelee por lo verdaderamente justo. El debate esta abierto y la revolución a la vuelta de la esquina.
